sábado, 12 de abril de 2008

Comer sano desde la cuna

Debemos tener presente que a un niño, al igual que le enseñamos a hablar y caminar, también se le debe enseñar a comer, tanto en calidad como en cantidad –en general, hoy en día los niños toman más cantidad de alimentos de la que precisan–. Y esta tarea es responsabilidad de padres y educadores.

Es muy importante formar hábitos alimenticios sanos ya desde la cuna para evitar la obesidad y las consecuencias físicas y psicológicas que se detectan ya en la infancia y la adolescencia.

Los expertos recomiendan que los pequeños hagan cinco comidas al día. Contrariamente a lo que puede pensarse, saltarse alguna favorece la obesidad, sobre todo si se trata del desayuno. La primera comida del día es también la más importante; debe incluir lácteos, cereales y fruta, y es esencial que enseñemos a nuestros hijos a que dediquen a esta tarea 15 minutos de su tiempo matutino. Son muchos los escolares que omiten la primera comida del día, una costumbre insana que provoca que, a la hora del recreo, la mayoría de los niños opten, para matar el hambre, por la repostería industrial. Una pieza de fruta a media mañana es el mejor sustituto de la bollería.

Además es fundamental la práctica regular de ejercicio físico como un medio esencial para combatir la obesidad. Actualmente, la mayoría de los niños que viven en los países desarrollados llevan un estilo de vida sedentario. Son muchos los que, al llegar del colegio, se pasan las tardes sentados frente al televisor o jugando con la videoconsola. La falta de ejercicio unida a una alimentación rica en grasas deriva en un número creciente de menores con problemas de exceso de peso. Aprovecha los fines de semana para jugar con tus hijos al aire libre, pasear en bici o hacer excursiones al monte.

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